viernes, 28 de noviembre de 2008

LOS NIÑOS



-------------------------------------------------Carreta con niños a bordo: Tucumán 2oo5- Tafi del Valle


MUCHACHITO DE OJOS PARDOS


Muchachito de ojos tristes,
esconde en su mirada una ilusión,
deja volar su imaginación
creando un mundo a su alrededor
en el que tenga cabida.

Muchachito de ojos pardos,
hijo de nadie, vida prestada,
presente vacío, futuro incierto,
ve pasar la muchedumbre indiferente,
ve pasar noches y amaneceres.

Muchachito de ojos anhelo,
adulto precoz, ser olvidado,
de deseos insatisfechos y sueños deshechos,
ignora de dónde viene y a dónde va,
se escapa de sus manitas, su triste infancia.

Muchachito de ojos pardos,
como paloma busca su nido,
buscando hallar un abrazo
entre el cruce de los brazos
de la estatua de la Virgen María.

Muchachito de ojos tristes,
lo protege su ángel guardián,
el viento lo acuna,
dormido, lo besa la luna.



EL MUNDO SIN LOS NIÑOS


Niños tristes, asustados, maltratados
que conocen el dolor desde temprano.
Niños solos, infelices y precoces
que llevan cicatrices en las manos.

Niños trastornados, entre rejas atrapados,
que combaten la violencia armados.
Niños sufrientes, inocentes, oprimidos,
sin infancia, sin futuro, sin pasado.

¿Cómo salvar sus inocencias corrompidas?
¿cómo curar de sus manitas las heridas?
¿qué será del mundo sin los niños?
repleto de adultos aguerridos.


























A falta de tiempo para escribir y husmeando en m
is escritos de adolescente, encontré esto que escribí hace mucho, para recordar quién soy y mis ahelos más profundos por los que luchar.

jueves, 27 de noviembre de 2008

SIN INSPIRACIÓN, SIN TIEMPO

Ultimamente confieso no tener tiempo ni inspiración para escribir. La vida de "la realidad" me lleva a los trotes como caballo desbocado. Mi papá me habla de poner los pies en la tierra y cuando estoy frente a la pc mi familia me ataca diciendo que otra vez estoy abstraída.

Ayer trabajaba en un escrito para presentar en tribunales y mi viejo no entendía mis dificultades para redactar diciéndome que no carezco de sentido común. Me dijo que soy muy buena para escribir una historia sobre mi perrito muerto- Un post que escribí hace semanas, y que leyó por un descuido mío- pero que mi mundo es una fantasía, que la realidad es ésta, que hacer escritos desarrolla el sentido común, ordena los pensamientos y exige otras cosas; en cambio escribir historias no exige nada, a menos que me dedicara a eso.

Por supuesto su mente es chapada a la antigua y demasiado estructurada. Las profesiones que dan de comer y son verdaderamente respetables y admitidas socialmente son las carreras tradicionales (aunque nunca haya salido tal cosa de su boca). Cuando le dije que que me replanteaba mi carrera porque estaba inmensamente aburrida, desmotivada y desilusionada por encontrarme, al ejercer la procuración, de cara frente a situaciones en las que hay jueces comprados vs. méritos tirados por los suelos, "amiguismo" político, transas por debajo, odiosa burocracia, papeleríos y trámites...le había planteado seriamente que mi lado artístico no puede respirar, que no tiene espacio, que no es aceptado por ellos y enterrado por mi. Que necesito mis momentos de recreación, de catarsis, de disfrute... que la vida así para mi no tenía sabor.

Cuando descubrió que volví a escribir, me dio una charla que se paseó por la locura en la que terminan los escritores, pasando por los estados de éxtasis en la inspiración, la bohemia evadida de la realidad, y hasta me habló de la droga como estimulante artificial para crear y "flasharse" como características de un escritor. Hasta me dió risa. Me extraña, porque el es un asiduo lector, un hombre erudito y culto.

Sé que pinto todo de manera exagerada, como suelo ser a veces. En fin, mi viejo es una persona increíble y quizá la que más admiro en el mundo. Pero es mi padre, y aunque me reconoció ser igual de bohemio que yo, no entiende mi "lado artístico" y su necesidad de libertad.
Sobre todo es mi padre, y quiere lo mejor para mi, aunque se equivoque y no comprenda. Todavía tengo ocho materias por delante para recibirme de abogada y en realidad no sé cuan lógico o no es que en este momento decida liberarme.


Quizá sea demasiado explícita con mi relato personal, pero es la única razón por la que muy a menudo desaparezco del mundo de los blogs, mi inspiración muere de inanición por momentos, mis lecturas de sus post son devoradas ávida y apresuradamente sin darme el tiempo que deseo para leerlas y comentarlas. Ahora sabrán entenderme.

Acaba de llamarme enardecido por teléfono para que vaya a cenar maldiciendo a esa "maldita máquina". Solo estuve una hora entre lecturas, comentarios y este post.

Creo que he desnudado demasiado mi situación sin sutilezas. Estoy presa, pero quizá no por los demás, (a quienes no echo la culpa) sino por mi misma, que es aún peor. Hasta alguien preso físicamente podría ser libre en su mente. Pero yo no lo soy, aún teniéndolo todo, aún sin estar atada de pies y manos.



lunes, 24 de noviembre de 2008

LOS ANTEOJOS


Miró a través de los anteojos sosteniéndolos en sus manos un poco incrédulo, los vidrios del lente eran tan límpidos que parecían no estar en las cavidades de su marco lustrado. Se los puso, sus orejas apenas sí lo sostenían; de todas formas los usó, eran un par de anteojos nada más, todo el mundo los usa, ya se acostumbraría.

Cuando caminó por la calle, su cuerpo se sintió extraño. Flotó en el aire de la atmósfera.
Los árboles le parecieron más frondosos, de un verde más intenso, podía sentir el perfume de la madera, de la clorofila del verde. También podía ver el viento, envolviendo las hojas en un remolino; ¡hasta quería ser hoja para volar en su torbellino!

La gente que pasaba a su lado parecía tan bella... no como la belleza que el mundo conoce, no, eran sus ojos brillantes, sus sonrisas, sus cabellos de tonalidades tan diferentes.. hasta podía saber que los alegraba o que anhelos escondían detrás de sus pupilas.

Los colores eran intensos, los pájaros parecían sacados de un paraíso, el sol iluminaba como nunca aquella mañana. No solo habían despertado sus ojos, sino que todos sus sentidos le recorrían la columna vertebral.
Salió a pasear alrededor de una plaza, vio cosas que no eran bellas ni alegres, pero con optimismo. Vio un niño descalzo, en harapos con sus pies lastimados, sus ojos lacrimosos soñaban sueños imposibles, pero jugaba feliz a la pelota con otros chicos, sonriendo alegre con sus mejillas rebozantes hacia el sol.
También vio una anciana con su lazarillo, caminando a paso cansino; en sus manos llevaba los años de amasar panes y empanadas, pero portaba la vida en sus ojos, una buena vida...
El sol se filtraba por las ramas de los árboles, una tenue música latía en sus venas.

El presente se tornó como un sueño, comenzó a disfrutar de cada cosa que vivía y los momentos eran mágicos, tan mágicos que quiso compartir toda su felicidad con quien pasaba por su costado.Vió con sus ojos todo aquello que jamás había visto.
El se transformó. Un día curó enfermos y ancianos con sus manos milagrosas, defendió trabajadores, llevó música a los oídos de los tristes y deprimidos, contó cuentos a los niños y jugó juegos imposibles, pintó murales con caminos y arco iris, escribió libros, plantó arboles, amaneció del otro lado del mar, contempló puestas de sol por cada rincón del mundo, y unió en paz las manos de los combatientes de guerra...

Sus ojos humanos habían sido antes ciegos, tan ciegos que había rezado cada noche anhelando cambiar su suerte. Tanto había implorando a Dios que pudiese ver, que un día amaneció en sus ojos este par de anteojos. Ya jamás, jamás quiso dejar de usarlos.

A lo lejos, desde una alta cima donde se contempla el mundo entero, el Creador fundía con el rayo de una tormenta los marcos de unos lentes nuevos, los lustraba con el algodón de las nubes, y cristalizaba gotas de agua por donde se podía ver...

viernes, 21 de noviembre de 2008

SINGING IN THE RAIN


Hoy es un día de lluvia, de esas que lavan y alimentan, que huelen a tierra mojada, que nos besan después de los calores intensos para darnos un refresco, para renovarnos. Las lluvias como estas son para mi románticas, despiertan esos sentimientos extraños y destapan mi imaginación y mis deseos.

Amo estar protegida bajo techo, pero me pregunto ¿porqué siempre hay que guarecerse?, ¿porqué nunca hay que mojarse? Si, ya sé... no se puede caer al trabajo mojados, ni andar empapados por la calle; es impensable hacer nuestras cosas cotidianas mientras chorreamos agua de nuestras ropas; tampoco podemos permitirnos enfermar... Así que andamos con paragüas, bajo techos, corriendo para que no nos alcancen las gotas...


Pero ¡qué linda sensación el entregarse a la lluvia cuando podemos!, cuando estamos en un estado alucinógeno o infantil de enamoramiento, o cuando la alegría nos supera, o cuando flotamos sin sentir el cuerpo, cuando sólo queremos reír y divertirnos, cuando chapoteamos pisando charcos, cuando intentamos escaparnos de las gotas y nos damos con que ya estamos demasiado mojados como para intentar en vano.

No sé porqué hoy me tienta irrefrenablemente bailar y cantar bajo la lluvia, lástima que no tengo valor, ni un estado próximo de locura.

Pero confieso haberlo hecho un par de veces. Es más, hace poco una cámara indiscreta tomó mi imagen que luego salió en el canal de las noticias, sección pronóstico del tiempo y ¡en cámara lenta!... atravesaba la plaza principal de tucumán a los zancasos, de tacos altos y formalmente vestida, de regreso de un exámen de la facultad. Terminé optando, después de resongar , por dejar que el agua limpiara mi mente, para recién notar que también había un mundo después de los libros de derecho.

Los dejo con este clásico fragmento del musical "Singing in the rain", con el famoso y gran bailarín, cantante y actor Gene Kelly... para que entiendan de qué estoy hablando.


jueves, 20 de noviembre de 2008

lunes, 17 de noviembre de 2008

ASI ERES...



Una mañana cualquiera me despertaras entre sonrisas, haciéndome cosquillas en la panza. El olor del café que amanece tus manos, será para siempre el olor que te evoque.
Untaras de mermelada mis tostadas como de costumbre mientras yo te miro incrédula de tanta dulzura, fotografiando tu rostro apacible en mi mente.


Apoyado sobre tus codos ordenarás mi vida con lápiz y papel; con tus dedos pondrás tan cuidadosamente mis cabellos tras de mis orejas, buscando mi atención en tus últimas recomendaciones, mirándome a los ojos con tus ojos buenos, deslizando suave un "te amo".


Escucharás mis caprichos y me hablarás sobre mi increíble metamorfosis en la que mi carita linda se transfigura; bajarás poco a poco la intensidad de tu voz grave hasta murmurar, nivelando mi creciente exaltación hasta llegar al silencio. Luego besarás mi frente y acercarás el calor de tu cuerpo grande en un abrazo envolvente, haciéndome sentir pequeña y guarecida, depositando en mi piel la tibieza para el frío y el perfume para quedarme con vos.

Tu paciencia renacerá a cada instante, recuperando sus fuerzas, una y otra vez, alimentada de ese amor infinito, para aguantar mis ciclotimias, mis humores, mis ocurrencias y planteos, mis caprichos, mis idas y venidas, mi voz temperamental, mis distracciones, mis olvidos, mi incertidumbre en las pupilas...
Paciencia, aributo de tu mente tan practica que se enfrenta día a día con mi ser tan etéreo y mi alma tan volátil. Aquella mente que aún sin entender, apoya la existencia de mi mundo propio

Así eres, así te conozco... así será a tu lado, un día corriente.

Me miras de reojo y de frente sin decirme nada, intentando decifrar mi océano de pensamientos, con la sonrisa amplia que dibujan tus labios, los mismos labios que susurran el idioma que calma mi ansiedad.

Con vos tan exigente, conmigo tan permisivo, mientras luces tu torso desnudo cual espartano esculpido, recitas una oda a mi cuerpo simple, tocando la piel que me sobra, desterrándome del mínimo complejo.
Me enseñaste hasta lo más superfluo y externo que da las pautas de mi interior; a salir con el cabello húmedo, a echar por tierra las horas inútiles derrochadas en alisadores eléctricos y en psicóticas obsesiones de prolijidad.

Me enseñaste a ser mujer cuando mi mente y mi cuerpo aún no lo sabían, despojándome de toda culpa, liberándome de mis prejuicios entre las sábanas, depositando tu fe en la mujer que se oculta en mi ser, la que asoma sólo en intervalos de confianza y de intimidad, sólo cuando los mil ojos observadores se ha ido, cuando la tranquera se abre y la libertad da rienda suelta como un corcel desbocado.


Me atraes imantando mi corazón con tu magnetismo irrefrenable, y me expulsas luego para volar libre como un águila, observando el mundo desde las alturas, sin ataduras, sin cuerdas; y yo vuelvo sobrevolando, reconociéndote con mi ojo avisor entre miles de criaturas terrestres para posarme fiel en tu hombro mullido y contarte al oído las maravillas que he visto.

Ella, la que se esconde en mi piel, aprendió a defenderse, a posicionarse frente al mundo, a madurar de sus caprichos, a auto estimarse cada día, a encontrar ese lugar que vino a ocupar en la tierra, desde aquel momento en que tu mano la llevó hacía su destino.

Conviertes en arco iris todo lo que a tu alrededor existe, pintando la vida con los colores que me faltan y los que tengo los resaltas aún más, para que yo los pueda ver, para que yo los pueda mostrar...

Así eres conmigo, sin decir cómo eres en verdad, porque hago del espejo que refleja tu ser tan exquisito, tan lleno del amor propio que sabe dar amor.

Así quisiera amarte: tanto, tanto, como a mi me amas.

viernes, 14 de noviembre de 2008

FLASHES Y VOCES DE LA INFANCIA



"Que llueva, que llueva,
la vieja está en la cueva,
los pajaritos cantan,
la luna se levanta..."

Cantábamos mi hermano y yo, mientras esperábamos que la huidiza luz que nos había abandonado esté de vuelta. Solo la luna iluminaba la ventana de nuestra casa de barrio. Era una de aquellas lluvias torrenciales de verano. Por la abertura se colaba el olor a tierra mojada, el perfume de las hojas verdes y de las flores del jardín.

Papá prendía una vela y cantaba con nosotros mientras inventábamos algún juego para pasar el susto del momento...

Hace unas horas antes de que el agua se cayera del cielo, habíamos sacado a la vereda una mesita ovalada envuelta en un mantel a cuadritos rojos y blancos, mientras comíamos panchos, que ricos eran los panchos! y... que malos, malos, los mosquitos!

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Un día detrás de las cortinas azules de la ducha del baño:

Matías -María Lía, ¿porqué no nos hacemos rubios?
Lía- Vos seguí refregando, seguro que se nota después, cuando el pelo esté seco.

Matías refregaba con más fuerza, la espuma empezaba a crecer más y más. Luego tomaba el envase de shampoo.

Matías- Aquí dice: shampoo para cabello rubio.
Lía- Sí, la madrina le compró a Nicolás para que se haga más rubio!
Matías- Bueno, sigamos refregando, tomá, ponete más.

***************************************************************************** "Pan, leche, azúcar y pimienta,
Pan, leche, azúcar y pimienta
Pan, leche, azúcar y pimienta..."

Repetía hasta convertirlo en canto...

Mecha, la almacenera - Hola Lía, ¿cómo está tu mamá? ¿que necesitás?
Lía - Mi mamá bien, está cocinando en la casa. Quiero... pan, leche, azúcar y pimienta.
Mecha, la almacenera- ¿cuánto de cada cosa?
Lía- Uhh, no sé...para que voy corriendo a preguntarle a mi mamá.

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Pablo- ¡¡Yo ví un pato, yo vi un pato, juro, juro que vi un pato, era amarillito y chiquito y todo!! Abuela- No Pablito, seguro que viste mal, lo debés haber soñado...
Pablo- ¿No, que te crees que soy tonto? yo ví un pato.

Y es así como Pablo descubrió su regalo de Reyes Magos.

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Matías quería probar que se quemaba y que no.

El pasillo era el cuerpo del delito, en las paredes se podían ver las manchas negras, y la evidencia se encontraba al terminar el pasadizo que desembocaba en el patio trasero: un canasto quemado.

Mamá y Papá en reunión con Matías. Todos estaban muy serios. Matías esperaba la condena. Tenía la cara sucia con cenizas negras. Acababa de incendiar el mosisés de su hermano menor, Juan Manuel. Había sido una desgracia con suerte, pues aquel día mamá se había llevado a Juan.

Papá- ¿Porqué has hecho eso hijo?
Matías- Porque soy muy abriboca
Mamá- ¿Cómo es eso?
Matías- Si, a la noche yo abro la boca cuando duermo, porque soy abriboca, y el diablo se me mete adentro.

Mamá y Papá conteniéndose para disimular las ganas explotar de risa.


Papá
- Pero Matías, eso es imposible.
Matías- Sí papá, me van a tener que operar para sacárme el diablo de adentro.
Mamá (entre risas y ternura)- Ya está matías, no te vamos a retar. Pero no vuelvas a quemar nada, es peligroso.

Matías- Papá, la calvera que tenemos adentro, ¿es mala o buenita?

Era imposible retarlo.

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"Quen, quen, quen, me robó la mina..."

Cantaba Nicolás. Tenía tres años.

Un poco más grande y se convirtió en superman, pero un super heroe algo suicida. Se colgaba una toalla al cuello simulando una capa y se tiraba del sillon más alto. Uno y otro porrazo, pero su cara simulaba que no dolían, claro, superman no siente dolor... salvo con la piedra verde que decoraba el living, por eso buscaba la criptonita, la tocaba y entonces si podía liberar el llanto.


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Mamá estaba desesperada, lloraba incansablemente, buscaba a Matías como una lunática.

Trin, trin, trin

Abuelo- Está aquí Liliana, conmigo, no te preocupes...
Mamá- ¿Cómo puede ser?
Abuelo- Vino en bicicleta
Mamá- ¡Dios mío! ¡que atorrante!, ¡lo voy a matar!


Matías tenía cuatro años. Había cruzado una avenida vertiginosa y velozmente transitada, en su bici motocross.


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"Entonces el burro Platero estaba muy triste, su amigo lo había abandonado... "zzzzzz zzzzzz

Juan Manuel- Papá, ¿que más?, ¿que más?

Sarandeo.

Papá- Y bueno, andaba por el campo verde, muy triste... zzzzzzzzzzzzzzzz
Juan Manuel- Papá, no te duermas, contame, contame, dale!...
Papá- Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Juan Manuel- ¡Papá, noooo! Papá, Papá, Papá, ¡¡¡¡Papaaaaaaaá!!!!!

Matías y yo tomábamos la leche caliente en botita de plástico con sorbete, la mía era roja y la de Matías Azúl.

Papá nos tapaba a todos con una colcha, y nos daba besos en la frente.

Lía- Papá, ¿me contás mañana el cuento de platero?
Papá- Vos ya estás grande, hija.
Lía- No tanto, Matías es más alto.

Papá, se quedaba conmigo, rascando suave e incansablemente mi cabeza, hasta que el sueño nos amontonaba a todos...

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Mi infancia fue maravillosa, pero a veces, me parece que no tengo memoria. Entonces por momentos algunos pantallasos invaden mi mente, como flashes. Algunas voces susurran a veces a mis oídos...

viernes, 7 de noviembre de 2008

UN SALTO DE GUITARRA

Aquí estoy, volando en un salto, en esta imagen quieta. Un lente travieso me dejó congelada en un click, y así me quedé, pegada en el cielo, con guitarra en mano cual escoba de bruja rockera. Quise arrancar un acorde, pero se perdió en el ruido atronador del viento.
Casi logro colgar en el firmamento esa curvilinea caja amarilla, simulando un sol; y si hubiese habido más nubes acostadas sobre las montañas y por arriba del cielo, quizá se hubiese parecido más a la bandera argentina.

Mi sonrisa luchaba contra el viento potente, y mi pelo se estiraba hacia el celeste azul. También quise ensayar un paso de balet inexistente, estirando la punta de los pies para dar un toque de elegancia.
Poco me faltó para pasar la altura de las montañas, pero seguiré practicando; cuando logre pisar el colchón de nubes de acrotón, colonizaré los descampados de ovejas y vacas que se recuestan sobre las verdes protuberancias, los ranchos de adobe y los surcos sinuosos que me llevan al paraíso. Por fin descubriré que hay detrás de aquellas cumbres verdes, respondiendo a las inquietudes de mi infancia.

Es así como quiero ser, libre, sin peso en los pies, como un saltamontes. También podría ser cigarra, despreocupada por imitar a la previsora hormiga, improvisando, viviendo el hoy, cantando aunque se avecine el invierno. Solo seré hormiga, pero de las especie de las viajeras, con un palo al hombro del que penda un pañuelo a lunares que envuelva pocas pertenencias y se cierre en un nudo.
Un día llevaré mi música a las alturas, más allá de las montañas, cruzando cordilleras y contando historias como los trovadores, de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, de camino en camino...

jueves, 6 de noviembre de 2008

DIARIO DE UNA PASIÓN o EL DIARIO DE NOAH (THE NOTEBOOK)

Inevitablemente deberé contar algunas cosas de la película para poder hablar de ella no tan neutralmente, asi que para los que aún no la vieron y no quieren siquiera imaginar su argumento podrán decidir leer o no (aunque no la contaré demasiado). Y a unos u otros, si les gusta lo romántico, solo les dire que la recomiendo:

Estamos en los años cuarenta. Una chica va a la ciudad costera de Seabrook (Carolina del Sur) para pasar el verano con su familia. Allie, todavía adolescente, conoce a un chico pueblerino, Noah, en la feria. Con solo verla, Noah sabe que ella es el amor de su vida.

Aunque ella es de una familia adinerada y él es un pobre trabajador de fábrica, a lo largo de un apasionado verano sureño los dos se enamoran profundamente. Las circunstancias de un repentino estallido de la Segunda Guerra Mundial sumado a la oposición de la madre de Allie que comienza a preocuparse por ese amorío de verano que parece ser más que eso, ellos se separan inesperadamente, sin poder decirse nada. Pero ninguno puede sacar de su corazón el recuerdo del otro. El le escribe a ella 365 cartas que nunca llegan a destino, interceptadas por la madre de Allie. Es entonces cuando la historia se relata en ellas, en cada hoja del diario de Noah.

Cuando años después Noah regresa de la guerra, Allie ha salido irrevocablemente de su vida pero no de su corazón. Aunque Noah lo ignora, Allie ha vuelto a Seabrook, el lugar donde se enamoraron. Pero está comprometida con Lon, un rico soldado que conoció mientras hacía trabajos voluntarios en un hospital militar.

Décadas después, un hombre lee una vieja y descolorida libreta a una mujer en una residencia de ancianos. Aunque sus recuerdos se han desvanecido, le fascina la emotiva historia de Allie y Noah y durante unos momentos es capaz de revivir la época apasionada y turbulenta en la que juraron pasar el resto de su vida juntos.

Para algunos será una cursilería más, pero creo que pasa por arriba de ella. Si es cursi, me gusta a veces lo cursi.

Lo que amo de esta película es ese amor tan libre y desenfrenado en la adolescencia y tan permanente y maduro despues. Es ese tipo de amores en que se dan un cachetazo y despues un beso, donde todas las emociones son intensas y extremas (odio-amor), uno de esos enamoramientos en que todo es divertido: saltar de un barco al agua, comer un helado, andar en bicicleta, abrir los brazos y volar en el mar, tirarse de una liana al agua de un río, experimentar, hacer cosas locas como tirarse en medio de la calle y luego bailar románticamente... me encanta como ella corre y se cuelga de él como un cohala sin el mínimo pudor y de la manera más natural... Creo que si en mi casa, de adolescente, me hubiesen pescado saltando así al cuello de un chico, me habrían llevado de los pelos a mi casa seguido de un eterno sermón- por suerte nunca me pescaron-



Hay una escena que me fascina- coincide con el climax de la película- y me provoca un sentimiento extraño y una opresión en el pecho, ganas de reír y de llorar, poque creo que si no lo viviese sin haber muerto aún, no vale la pena vivir: una imágen en que ellos por fin se reencuentran, están en una canoa navegando en un lago con miles de cisnes blancos a su alrededor- una escena bellísima y romántica- Los dos están callados, y sus miradas hablan por sí solas, tienen tanto que decirse... se desconocen pero al mismo tiempo se conocen tanto...Ellos cambiaron mucho, ahora piensan más, son más "maduros", la vida los ha golpeado un poco, pero aún late tenue ese sentimiento auténtico, ingenuo y libre que había quedado atrás despues de tanto esfuerzo. Cuando la lluvia los sorprende, Allie- tan impecable- quiere taparse con una mantita y Noah empieza a reirse con tantas ganas contagiándola a ella y entregándose ambos por fin enteramente a la lluvia sin reprimir más nada, dejando salir todo otra vez en esa naturaleza del mundo que es mucho más bella si están juntos... luego vienen los reproches de ella porque Noah no le ha escrito nunca más; es entonces que todo vuelve... ese "odio" pasa repentinamente al amor, tan contenido, dejándolo liberar desenfrenadamente con toda la pasión que se debían...



El amor de los ancianos- paralela a esta historia de jóvenes- es mi sueño de toda la vida, poder amar a alguien cuando los años nos han quitado la hermosura de nuestros cuerpos, nos ha cansado, nos ha hecho perder la memoria, pero aún así no ha podido con ese amor.

El final de la película se lleva el broche de oro con este par de viejitos juntos hasta el amanecer, siendo inevitable el deslíz de alguna lágrima o ¿porque no del llanto a moco tendido?


Ahora suspiro... y me voy a estudiar libros de derecho.