sábado, 25 de octubre de 2008

LA COME-HOMBRES: ANGEL O DEMONIO?



Sus pasos de tacones sonantes despiertan la ciudad, su cadera meneante a ritmo candente eleva la temperatura del ambiente, el segundo se congela en su actitud despampanante, la calle se hace silencio; todos los hombres a su alrededor han perdido la audición junto a todos los sentidos, quedando intactos sólo la visión en cámara lenta, el tacto imaginado en sus mentes, el sudor que emana testosterona animal y el deseo de lanzarse como lobos a su presa.
Bocinazos
por las calles, obreros de construcción bociferadores de obscenidades, los formales trajeados transfigurados en camioneros, maridos paseadores de bebés en cochecitos- olvidados de sus anillos y de sus paternidades-, sólo algunos románticos dejando caer piropos enamorados y obsesionadas ovaciones a la belleza...

Ella es la come-hombres, pero aún no lo sabe, tampoco lo cree. Pulposa y llamativa, exótica y no tan bella como interesante. Su cara de nena-mujer la hace parecer una u otra según la circunstancia. La nena los atrae con su dulzura y la mujer los come como víbora engullidora. Pero su faceta de nena ingenua e idealista se parece más bien a una princesa de algún cuento de hadas que quiere enamorarse apasionadamente, que todavía busca las señales del destino, los indicios de un rastro dejado por algún príncipe azul que ha salido a su búsqueda en algún noble corcel para salvarla de la prisión de alguna torre de un castillo lejano.

Su magnetismo atrae hombres como mosquitos a la luz, hipnotizados por un foco
curvilineo y luminoso que los llevará a la muerte o a una caída ciega directo a la tierra. Su doble faceta de seria que deja entrever ciertas sonrisas de picardía es su mejor arma a la hora de seducir. Ella, está en constante seducción, se viste cuidadosamente para cada ocasión, aunque invierta demasiado tiempo, y aunque seducir no sea su propósito: Casual, sport, elegante, sobria, "feme fatal", adolescente, moderna, formal...
Consigue lo que quiere con el solo tono de su voz, "¿un vaso de agua por favor?" "¿tengo que hacer cola para
este simple trámite?""¿me hacés un favor?, te lo pido, daale!" esbozando una mueca de semi- puchero"

Ella ama a los hombres, a todos, a cada uno. Los estudia cuidadosamente, los colecciona y selecciona como una muestra de insectos para una clase de biología. Se fascina al observar sus comportamientos, sus códigos entre pares, sus actitudes frente a las hembras, sus diferentes voces graves, sus olores, sus maneras de vestir, sus reacciones a los estímulos, sus ingenuidades infantiles, sus humores descabellados, sus confesiones entre amigos, sus groserías, sus charlas sobre mujeres o fútbol... Los más observados: los infalibles chicos malos: una raza demasiado atractiva para las mujeres, razón suficiente para ser digna de estudio profundo.

Cualquiera podría pensar que ella no tiene escrúpulos, que se mueve sin códigos, que es una prostituta cualquiera, una quita hombres, una mala mujer... Ella dirá que simplemente experimenta, y su manera de relacionarse con cada uno de ellos es un mundo aparte, una relación en la que no existe otras relaciones con otros hombres, ni compromisos, ni infidelidades. Una poligamia en la realidad, pero en su cabeza es la actriz en ensaya para encarnar un personaje en alguna película dirigida y producida por ella.
A medida que conoce se conoce a sí misma, se pone a prueba, se siente más mujer o quizá menos, estudia su capacidad para atraer o para repeler; pero aún así no logra sentirse la mujer fatal, ni la bella, ni la atractiva, ni la come-hombres, ni la que cree lo que los hombres ven en ella: Entonces ensaya actitudes inventadas, inmolándose en la actriz que engaña a cualquiera menos a sí misma.

Sus víctimas son presas fáciles de cazar. Unos cuantos atrapados por sus encantos se cuelgan de su ternura de nena, su ingenuidad irresistible, su vulnerabilidad. Ella se adueña de sus sentimientos, oye sus historias y sus inquietudes, los envuelve con su capacidad comprensiva y empática, su ternura tan femenina; ella se mueve con naturalidad y soltura manejando los mismos y sencillos códigos masculinos. Pero cuando la mujer asoma con sus miradas intensas, sus cruzadas de piernas, sus manos jugueteando con su pelo y su andar magnético, el instinto animal masculino se despierta de su letargo sentimental para correr tras ese olor a mujer, para probar el manjar de carne fresca expuesta a la vista y alcance. Ella sabe que es así, pero tira y afloja, se libera y vuelve sobre sus pasos cuidando las formas, reprimiendo su instinto polígamo y recordando los lazos dejados en casa. Su tendencia lucha con su sensible corazón, con su moralidad, con sus pensamientos- entonces aflora su humanidad-. Tan contradictoria, tan confundida, situada una vez más entre la linea del bien y del mal.
Pero al fin, luego de tanta lucha su naturaleza curiosa y empírica cede dejando liberar sus juegos de seducción histéricos, haciendo caer a los hombres en su trampa enmarañados.

El hombre pecador lanzado sobre el cuerpo tan buscado y tan esperado comienza a quemar como brasa al fuego, consumiéndose y haciendo la situación inmanejable, anticipándose a lo que está por venir. Hundido en su cuello, perdido en el olor de su pelo revuelto, obnubilado por sus caderas ardientes, extasiado con su mirada clavada a los ojos, mezcla de ángel suplicante y demonio intimidante; envueltos en una lujuria infernal....entonces es cuando el momento se congela, el impulso se detiene y ellos, los del género fuerte, traspolan al sexo débil, huyendo como pez que descubrió el anzuelo detrás de la carnada, como niño que se quemó con fuego, como un Adán arrepentido por haber mordido la manzana ofrecida por Eva.


De pronto la invade la compañía de la culpa en su soledad, que carcome sus entrañas, que inunda su corazón agonizante, que se avergüenza de su condición animal. Metida en la piel de sus víctimas, su empatía toca sus corazones lastimados, lame sus heridas, los acaricia con su ternura, los abraza, los mira a los ojos y ellos, los hombres, se vuelven niños, haciendo regresión de su evolución,volviéndose indefensos, vulnerables, despojados de su agresividad de macho de la especie, acurrucados en su regazo.


Ella se queda sola, pregunándose el porqué del rechazo, desconcertada por la huída, indagando si será realmente atractiva, si algo no habrá gustado, si su poder de sensualidad es sólo pasajero, si el envase disfrazado no deja ver el contenido. Ni sensual, ni atractiva, ni instintiva, ni "feme fatal", pues ella también quizo huír, más de una vez, asustada como poseída endemoniada que recobra la cordura. ¿Huirán ante el miedo o ante algún intervalo de lucidéz- mental o del corazón- que venció por un instante a la lujuria?

Ella se queda sola, herida, vacía como abismo inacabable, como ser de insatisfacción insaciable, como espíritu deambulante, como alma que jamás encontrara su ansiada mitad perdida; buscando lo inexistente, llamando a gritos a los cuatro vientos al que debería existir, al hombre que conoció en alguna reminiscencia olvidada, al que su alma dolorida y errante buscó en tantas pieles sin hallar, sin reconocer...



16 comentarios:

Niño Alex dijo...

Y esta mujer a que cede? a la honestidad, al cariño, a la verdad de sientimientos, al detalle, al físico, a la inteligencia, a la admiración? a que? :) saludos

Cesc Sales dijo...

Todos somos angel y demonio. Contraposiciones que nos guardan distintos destinos...
No podemos mirar atrás y pensar si está bien o mal.
A veces me gustaria encontrar demonias, otras angeles...
Devorar y/o ser devorado.

Un placer pasear por su blog

Besos

VITALIA dijo...

Nniño Alex:
Ella cede a lo que la atrae, sin medir consecuencias, sin pensar,reprimir, con toda naturalidad. La honestidad, el cariño, la ternura, la verdad, los sentimientos, lo físico, la admiracion, la inteligencia...todos son aspectos a conocer, a experimentar.Ningun hombre reúne todo eso junto, ningúna mujer, ningún ser es perfecto.
Ella no puede elegir sin conocer, como tampoco podría saber que gusto de helado es su preferido sin haberlos probado todos, o al menos muchos.

Gracias por pasar por aqui.

ani dijo...

Ni ángel, ni demonio,simplemente una mujer que no puede parar de seducir. Los hombres las desean, pero sólo por horas. Lo que dura un turno de Hotel. Luego, casi siempre huyen, temerosos de ser víctimas de sus caprichos de su "no sé lo que quiero". La mujer que describís es muy inmadura. Cuando se alcanza cierta madurez, se dejan de lado las poses para mostrarse tal cual uno es. Se puede estar tranquilo de descansar de las apariencias en brazos de un hombre amado. La mujer fatal nunca descansa! Su vida es el eterno ensayo de una actuación y su puesta en escena! Saludos Vitalia. Un gusto leerte!

DudaDesnuda dijo...

Palabras de Viviana Gómez Thorpe, vestidas para la ocasión:

"Los temblores del alma femenina también son la realidad. y la cosa, a menos que le esté errando muy fiero (me juego todo), es que somos más o menos así: bastante “gatas floras”; complejas hasta decir basta. Deseando cosas contradictorias todo el tiempo: un hombre que nos posea completamente y, que a la vez, no nos anule. Un hombre que se nos tire encima cuando estamos con el período, pero, al mismo tiempo, nos respete y venere como princesas. Ansiosas de los más pecaminosos contactos y también de la pureza de una reclusa, andamos por la vida. Mal mirado, el asunto es para volverse locas. Bien mirado, para tomarlo con humor.
¿Qué es lo que no hace sentir tan desposeídas, tan fuera de lugar? El alma, no nos engañemos. Ese otro yo de nuestra vagina que nos dá unos rebencazos crudos sobre el lomo cuando todo ha terminado y que nos grita que, en el fondo, no somos ni tan sensuales, ni tan instintivas, ni tan devoradoras de hombres como creíamos. Es sólo que, como un error genético, nacimos con el corazón perdido entre las telas de la entrepierna y, la dolorosa conclusión es que para ser felices, deberíamos tener siempre lleno ese vacío (que es nuestro propio vacío interior) Pero, como eso no es posible todo el tiempo, padecemos como locas cuando nos deja la amorosa y dura lanza que (fugazmente) nos clava en un momento sublime del tiempo y del espacio."

Besos y avisos

Libélula dijo...

Hola Vitalia!

Gracias por tu visita en mi estanque. Prometo, con tiempo, visitarte y leerte. Una reunión me llama en este momento...

Sólo quería dejar aviso!!

Besos, Libélula!

VITALIA dijo...

Libélula: Se que soy muy extensa para leer jaja. Lo admito. ya comenzaré a recortar un poco. La falta de tiempo no me permite armar ni pulir. Solo es un fluir.
Besos y gracias

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Vitalia, cuánta energía en el texto. La que necesita tu personaje arrebatador. Mujer "ángel o demonio", los poetas románticos las catalogaban así. Al final, eran todas "una fatalidad" en la vida de los pobres escritores. Dos siglos después, imagino a tu chica paseando por algún paseo de Tucumán, pura animalidad y de pronto la civilización de San Miguel es un poblado zoológico donde la hembra más bella desperdiga al descuido sus encantos.
Como decís, cuando esto pasa(no es mi caso, pero me encantaría ser femme fatal por un día)los hombres pierden cualquier condición: no hay casados, padres de bebés, viejitos entrañables, adolescentes distraídos... todos responden al grito de la selva y se reprimen mordiéndose los labios.

Aureliano Buendía dijo...

Esa mujer da un poquito de miedo........ y en el fondo yo creo que no es feliz.


Saludos desde macondo.

VITALIA dijo...

Aureliano:
No,ella no es felíz. A veces no sirve de nada ser ser feme fatal, es tenerlo todo y no tener nada.
Gracias por pasar por aqui mi fiel lector.

VITALIA dijo...

Ani:
La mujer que es así jamás puede dejar de seducir,ni siquiera cuando ah logrado descarnsar en los brazos de un amor maduro que pueda darle algo de paz...
Creo más bien que es un problema de autoestima, de necesidad de reafirmar a cada instante su condición de mujer. Es como Don Juan, pero en mujer.
Besos amiga y gracias por visitarme.

Lilith dijo...

Con todo y todo ser una "come hombres" no deja de ser muy divertido.

Aquí no hay víctimas ni victimarios, cada quien es responsable de como vive su vida y su sexualidad. Los hombres no son las víctimas inocentes de estas mujeres, y tampoco se quedan solas rumiando sus tristezas. Muchas son felices.

La felicidad no la hace la actividad de la entrepierna.

un observador dijo...

Tiene un nombre en Siquiatrìa:Trastorno de la Personalidad Histriònica.Por desgracia estuve casado con una.Es una patologìa de difìcil curaciòn,pues a diferencia de otras afecciones neuròticas,no tienen conciencia de su estado.Son manipuladoras,hipòcritas y sin sentimientos,y se entregan sin descanso al juego de seducciòn,pues necesitan constantemente ser admiradas para llenar su vacìo existencial.Por extrañas razones,casi siempre son muy atractivas,y esta es la baza que mas juegan.Aparentan gran empatìa al principio,y si se entregan,ees para conservar el trofeo,nunca por amor.Si la admiraciòn de este desaparece,cosa si la bùsqueda del hombre es la sexualidad,difìcil,lo abandonan sin piedad.Pero aunque la admiraciòn persista,no dudaràn en seguir intentando seducir a quien se ponga por delante,y sustituir un trofeo por otro.La mejor soluciòn es desaparecer del campo de batalla,y si ella,cosa no infrecuente,trata con todos los medios de castigar la ofensa narcisista que han recibido,responder con algo peor:una actitud sin piedad.Es esta la ùnica manera que entienden la respuesta de un hombre normal.

un observador dijo...

Tiene un nombre en Siquiatrìa:Trastorno de la Personalidad Histriònica.Por desgracia estuve casado con una.Es una patologìa de difìcil curaciòn,pues a diferencia de otras afecciones neuròticas,no tienen conciencia de su estado.Son manipuladoras,hipòcritas y sin sentimientos,y se entregan sin descanso al juego de seducciòn,pues necesitan constantemente ser admiradas para llenar su vacìo existencial.Por extrañas razones,casi siempre son muy atractivas,y esta es la baza que mas juegan.Aparentan gran empatìa al principio,y si se entregan,ees para conservar el trofeo,nunca por amor.Si la admiraciòn de este desaparece,cosa si la bùsqueda del hombre es la sexualidad,difìcil,lo abandonan sin piedad.Pero aunque la admiraciòn persista,no dudaràn en seguir intentando seducir a quien se ponga por delante,y sustituir un trofeo por otro.La mejor soluciòn es desaparecer del campo de batalla,y si ella,cosa no infrecuente,trata con todos los medios de castigar la ofensa narcisista que han recibido,responder con algo peor:una actitud sin piedad.Es esta la ùnica manera que entienden la respuesta de un hombre normal.

ramona dijo...

Y ya me preguntaba yo q diablos me pasa!!!!

Unknown dijo...

Exactamente... tambien se llama trastorni narcisista de la personalidad.. cuestiin que esta escritora desconoce asi como tambien el dolor q generan en la ex pareja con sus actitudes cuestion que desconoce tamb esta escritora.. corresponden a la triada oscura de la osicologia jubto al maquiavelismo y la psicopatia... hace muchos años banque muchisimo los derechos de las mujeres.. ahora por lo que leo en todos lados son victimas de todo... los extremos son muy malos.. el fantatismo tambien.. saludos