martes, 9 de diciembre de 2008

LA NECESARIA SOLEDAD DEL YO


Para bucear hacia centro de uno mismo, es necesario caminar solo, a veces.
Cuando no podemos darnos a nosotros mismos, nos es imposible dar a los demás.
Cuando no somos exigentes con nuestro yo, no entenderemos las exigencias del otro.
Cuando no nos amamos a nosotros mismos, no podemos amar a alguien más...

Cuando nuestro yo está condicionado por nuestro autoboicot represor y masoquista,
estará siempre preso de nuestras propias excusas, de nuestra propia cobardía.
Cuando siempre damos poder a otros yo ajenos, por encima de nuestro propio yo,
hemos dejado de darnos crédito, de confiar en nosotros mismos, de valorarnos, de respetarnos.

Así, el otro se convierte en un espejo, que nos muestra quienes somos, por momentos.
No es el otro el que nos condiciona, el culpable o autor de todo lo que nos pasa.
No es el otro el que nos hace sufrir, nos hace llorar, nos hace amar, nos hace felices.
somos nosotros los que sufrimos, los que lloramos, los que amamos, los que somos felices...
Nuestro yo es nuestro centro de convergencia de todo lo que sentimos y nos pasa.

Cuando tenemos tantos tesoros en nuestro ser, enterrados sin repartir ni multiplicar,
cuando no sabemos el punto medio entre darlo todo hasta vaciarse y no dar nada,
entre no amarnos a nosotros mismos y amarnos demasiado,
Entonces será mejor volver al núcleo de nosotros mismos y encontrar de cara a la soledad;
para sumergirnos al centro de nuestro ser, conectarnos, crecer y proyectarnos al fin a los demás.




Nuestro yo es como un árbol, que germina desde una semilla hasta crecer, desplegará un día sus raíces, su ramas, su follaje, sus flores, y se elevará en su esplendor. Será podado en sus ramas, sentirá el dolor del que emergerán nuevos brotes.
Pero su misión más trascendental será la de producir periódicamente sus frutos.


Dios me dijo hoy:


Escucha ahora, hijo mío:
enjuga tu alma por última vez
y colma tu vacío con mi Amor.
Será la savia que haga renacer
en el árbol sus frutos
y en tu interior la fe.
Reserva con esmero
los tesoros de tu arduo crecer
y aguarda bajo el Sol
al corazón que los sueña coger.

16 comentarios:

Aureliano Buendía dijo...

Un post cargado de sabiduría. De vez en cuando tenemos que bucear en nuestro interior y encontrarnos a nosotros mismos, nuestra esencia, nuestro yo.

Me encantaría estar buceando siempre aunque la realidad es que irremediablemente cada cierto tiempo la presión me arrastra a la superficie una y otra vez.

Como siempre un lindo post, de una linda chica claro. ;)

Un saludo y un beso desde Macondo.

jhon sebastian dijo...

La voz del maestro.

"El árbol de mi corazón está cargado de frutos. Venid, almas hambrientas, recogedlos, comed y saciaos. Mi espíritu rebosa de vino añejo. Venid, corazones sedientos, bebed y apagad vuestra sed...
Ojalá fuera yo un árbol que no floreciese ni diese fruto; porque el dolor de la fertilidad es más cruel que la amargura de la infecundidad; y el sufrimiento del generoso acaudalado es más terrible que la miseria del pobre mendigo...
Ojalá fuera yo un pozo seco, para que la gente arrojase piedras a mis profundidades. Porque es preferible ser un pozo vacío -que una fuente de agua pura, no tocada por labios sedientos.
Pediría a Dios ser una caña rota, pisoteada por el pie del hombre, porque eso es mejor que ser una lira en casa de alguien que tenga los dedos llagados y todos los miembros de su hogar sean sordos.
Oídme, hijos e hijas de mi patria; meditad sobre estas palabras que os han llegado a través de la voz del Profeta. Haced un hueco para ellas en los senos de vuestro corazón y que la semilla de la sabiduría germine en el jardín de nuestra alma. Porque este es el don precioso del Señor.

El hombre es como la espuma del mar, que flota sobre la superficie del agua. Cuando sopla el viento, se desvanece como si nunca hubiese existido. Así son nuestras vidas arrebatadas por el soplo de la Muerte...
La Realidad de la Vida es la Vida misma, que no comienza en el vientre de la madre ni termina en la tumba.
Porque los años que pasan no son más que un momento en la vida eterna; y el mundo de la materia y cuanto en él hay no es sino un sueño comparado con el despertar que llamamos el terror de la Muerte.
El éter propaga todos los ecos de nuestra risa, todos los suspiros que exhalan nuestros corazones y conservan su resonancia, que responde a cada verso nacido de la alegría.
Los ángeles llevan la cuenta de cada lágrima derramada por la tristeza, y llevan a los oídos de los espíritus que flotan en el cielo del Infinito cada canción de Alegría emanada de nuestros corazones.
Allí, en el mundo futuro, vamos a ver y sentir todas las vibraciones de nuestras emociones y todos los movimientos de nuestro corazón. Comprenderemos el significado de la divinidad que hay dentro de nosotros y a la que no prestamos atención porque estamos arrastrados por la Desesperación.
Esa acción que, en medio de nuestra culpa, llamamos hoy flaqueza, aparecerá mañana como eslabón esencial de la cadena completa del Hombre.
Las tareas crueles por las que no hemos recibido compensación vivirán con nosotros e irradiarán su esplendor y serán heraldos de nuestra gloria; y las penalidades que hemos soportado serán como una guirnalda de laurel en nuestras cabezas glorificadas...".

Khalil Gibran.

EL PINTOR.

Anónimo dijo...

A mi también me gustó el blog. Seguí escribiendo que seguiré leyendo. Ah, soy de Paraguay, un abrazo con frontera y todo.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Darse cuenta de que estamos solos es el mayor aprendizaje. Pero necesitamos del otro, somos seres gregarios, como dijo Aristóteles, sociales por definición. El problema está cuando dejamos que esa compañía se transforme en juez, censor, espejo implacable... en definitiva, cuando vivimos presos de la MIRADA del otro. No podemos ser nosotros, nos convertimos en títeres de deseos que no nos pertenecen, en hacedores de sueños ajenos, en un manojo de nervios que vive pendiente de "no fallarle" a la gente que conocemos.

Por eso aplaudo tu título, para reflexionar hay que buscar LA NECESARIA SOLEDAD DEL YO.

VITALIA dijo...

PAula:

Me impresiona la manera en que me calas tan profundamente que pareciera que me conoces a la perfección. Traduciste exactamente lo que quise escribir,que ni yo supe expresar tan claro. Es así, así es como me siento:
1)-Presa de la MIRADA del otro.
2)- Sin poder ser yo misma.
3)- Convertida en títere de deseos que no me pertenecen. Hacedora de sueños ajenos.
4)-Un manojo de nervios que vive pendiente de "no fallarle" a la gente que (amamos) conocemos.
Y agregaré un 5to item
5)-Repleta de insatisfacciones y de deseos de disfrutar verdaderamente de la vida y de saber qués es lo que quiero y cual es mi verdadero camino.

Un beso enorme

Cesc Sales dijo...

Los dichos y frases hechas muchas veces son sólo eso. Cuando somos capaces de aplicarlos, solo entonces, es cuando se producen los verdaderos cambios. Nosotros cambiamos y de repente pequeñas cosas a nuestro alrededor empiezan a cambiar...

Sabes? Justo la semana que viene haré una obra de teatro/cuento en una escuela de niños pequeños... brujita!

Besos

Anónimo dijo...

"Quo Vadis", fue la primera novela que me regaló el viejo, no te imaginás el cariño que le tengo. Para esta semana ya tengo tema, y no tenía para el siguiente, así que te agradezco la sugerencia, escribiré sobre eso. Ah, también hago música, toco el teclado, la guitarra y la armónica... aguante Janis Joplin!

VITALIA dijo...

Jhon:
Me dejaste sin palabras. Lo que me escribiste en un principio se hizo un tanto pesimista, pero luego hacia el final una esperanza.
Hermoso y muchas garacias. Muy largo de escribir. Pero muy significativo.
Besos

VITALIA dijo...

Cesc:
Que casualidad! como me gustaría estar presente allí para ver y oír! lástima que estés tan, tan lejos.
Te va a ir bien, te lo dice la misma bruja jaja.
Suerte!

VITALIA dijo...

Aureliano:

Así es, la vida nos lleva a los trotes y flotando por las superficies, pero hay que darnos el tiempo tarde o temprano para poder seguir adelante, evolucionar...
Gracias por lo de lindo post-linda chica jaja. Sos un amor.
Un saludo grande a Macondo.

VITALIA dijo...

Agus Aponte:

Gracias por unirte a los comentarios. Me pasearé por tus pagos Uruguayos. No hay fronteras ya.
Un beso.

VITALIA dijo...

Agus Aponte:

No me digas que tu papá al igual que el mío te regaló la novela Quo Vadis!!!!! increíble. A mi me llegó mucho al corazón y es una excelente obra literaria y espiritual de los comienzos de la era del legado de Jesús. Sus personajes tienen un contenido psicológico muy trabajado...
Todavía aquel otro blog, como viste, solo tiene el nombre jaja.LLegaron a mi casa sin construír y no tuve dónde servir al menos una taza de té a mis visitas jaja.

Iba yo a escribir sobre la relación entre la música y las matemáticas, pero creo que lo harías mejor porque eres un geniecillo. Ahora, me dejarás hacer otro enfoque luego de tu aporte? así escribo un post sobre el mismo tema pero desde otro punto de vista no tan científico.
¿Lo hacemos juntos?

Un beso y gracias!

Diego dijo...

Hola Vitalia!
Uu texto para la reflexión...
El poder estar en soledad y sentirse bien con ella, es sentirse bien con uno mismo, aceptarse y pasarla bien. A partir de ahí creo que se puede estar en armonía con el entorno.
De la soledad disfruto escribir, meditar, reír, añorar, respirar, llorar, tantas cosas... Del entorno disfruto idénticas cosas, tantas...

Beso!

Anónimo dijo...

Dale che, me parece genial. Esta semana sacaré algo sobre el universo (es que un astrofísico infeliz pudo medir el límite del universo visible), y para la próxima lo de los números, que ya estoy averiguando. Siguiendo con los libros, "De Amor y de Sombra" me tuvo enamorado de Irene Beltrán durante un buen tiempo. Te enredo un abrazo desde mi Asunción, ya sin frontera. Ah, agregame al msn si tenés che_aponte@hotmail.com

Libélula dijo...

Vitalia,

Vuelvo a decir lo que te he dicho en el post anterior.

Vive, disfruta, juega, sucumbe, todo. El mundo necesita de nosotros para ser él. No dejes que los demás condicionen esa sensibilidad, esa magnificencia que tienes. No te reprimas.

Besos, Libélula.

VITALIA dijo...

Libelula:

Te haré caso. Lo juro.